Te voy a contar un secreto:
Desde que creamos la página web, llevo dando vueltas a cómo empezar a escribir el blog, y cuál sería la primera publicación.
El otro día, sin más, me vino a la mente la foto que adjunto y la he querido rescatar para empezar a escribir.
Cuando empecé a plantearme si seguir adelante con el negocio familiar y tomar las riendas, tenía muchas dudas e inseguridades, pero sí tenía claro que para hacerlo tenía que conocer primero cada una de las partes que lo componen.
Así, sin pensarlo mucho, puse manos en masa y a conocer todo de golpe, hacer el pan, hornearlo, reparto, papeleo….
Al fin y al cabo era lo que llevaba haciendo mi padre toda la vida, así que pensaba que yo también podría hacerlo.
Pero la verdad, yo no tengo esa energía incansable de mi padre y no tardé en pagar las consecuencias de intentar abarcar más de lo que podía.
El 4 de Mayo de 2015 tuve un accidente trabajando que me cambió la vida.
No voy a entrar en detalles de lo que pasó, lo que te quiero contar es que aprendí algo muy importante que hoy quiero compartir contigo, y es que cuando cuerpo y mente te mandan señales y no haces caso, inevitablemente sucede algo que hace que cambies de golpe. En mi caso fue aquel accidente.
No te preocupes, me recuperé, tras varias operaciones y muchas, muchísimas sesiones de rehabilitación, hoy puedo decir que hago mi vida normal. Tengo alguna secuela y una enorme cicatriz por la que solo puedo decir que siento orgullo de todo lo superado, y me recuerda la gran fortaleza que hay dentro de mi.
Después de todo, tenía que cambiar el rumbo, la manera de hacer las cosas y tomar nuevas decisiones. La decisión final fue seguir con el negocio pero con otra perspectiva, y fuera de las máquinas.
¿Por qué te cuento todo esto?
Esta es la historia de mi vida, lo que me impulsó de verdad a hacer cambios en mi vida y buscar siempre escuchar mi cuerpo y mente.
Pero no tiene porqué ser un golpe tan fuerte, ni mucho menos, y buscar escucharnos en las pequeñas cosas en la vida diaria.
La base puede estar en cómo nos alimentamos.
Por eso, uno de los pilares que defendemos en nuestra empresa es el crear un pan saludable, elaborado de una manera tradicional y respetando los tiempos y características que requiere un buen pan. Es como un buen guiso, nunca será lo mismo si lo haces de forma rápida, utilizando procesados para ganar tiempo que si lo haces como lo hacían nuestras abuelas, con mucho mimo y la paciencia requeridas.
Por supuesto se nota en el sabor, pero también en la calidad de lo que ingieres y como consecuencia en la salud.
Si lo piensas un momento es pura lógica.
Afortunadamente, para hacer la comida, ahora tenemos en casa un montón de recursos que nos facilitan la vida y no tenemos que invertir tanto tiempo para comer saludable cuidando nuestra salud.
Igualmente, en la panadería contamos con avances tecnológicos que nos permiten desarrollar la actividad de una forma más ágil, pero las bases de la tradición y de la elaboración artesana siguen presentes cada día.
Nos gusta ayudarte a que te cuides, y para ello trabajamos cada día, para llevar a tu mesa un pan como el que hacía mi abuelo.
Fdo. Sara Concepción Moreno